Gabriel Bernal Gómez, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), consideró que las entidades contratantes de servicios de vigilancia, protección y resguardo deben dejar de exigir profesionalismo a bajo costo. Ello, enfatizó, en un contexto de creciente actividad delictiva como México, crea un caldo de cultivo ideal para la proliferación de compañías sin estándares de calidad, o incluso ilegales. 

Bernal Gómez pidió a industriales, corporativos, Pymes, Gobierno y contratantes en general sensibilizarse, pues, explicó, al solicitar servicios 24 h x 24 h no solo se viola la ley laboral, sino que además se violentan los derechos humanos de los trabajadores.

Dijo que con el cambio de presidencia se abre la posibilidad de terminar con ese pernicioso esquema, que es contrario a la ley laboral, y que paradójicamente ha sido legitimado por el principal contratante del país: El Gobierno. 

La expansión de la industria de la seguridad privada mexicana debe apuntar hacia los mercados de Europa y América del Norte, regiones que comienzan a evidenciar la necesidad de prevenir los estragos de la inseguridad detonada, en una buena parte, por el fenómeno de movilidad humana, dijo Luis Miguel Dena, secretario general de la AMESP.

“Es momento de proyectar la exportación de los servicios de empresas cimentadas en mejores prácticas y con certificaciones de calidad y cumplimiento. El nivel de profesionalización y capacitación que hemos logrado como industria formal en un entorno de inseguridad como el de México, uno de los más inseguros del mundo, lamentablemente es una magnífica carta de presentación”, explicó.

A pesar de ser un sector con una densidad empresarial de más de 7 mil 500 empresas, de las cuales 80% opera de forma irregular, las mejores prácticas desarrolladas e instrumentadas por las empresas serias nos pone en una posición en el que el desarrollo no está solamente en coyunturas locales o regionales, sino en un modelo de exportación con miras globales, comentó Daniel Espinoza, vicepresidente del organismo.