Las autoridades municipales no se someterán a presiones ni manifestaciones para hacer respetar la ley, indicó Juan Carlos Arreguín, secretario técnico de la Secretaría de Gobierno Municipal de Querétaro, luego de una manifestación de 30 personas en el bulevar Bernardo Quintana, al exterior de Centro Cívico.

El funcionario señaló que estas personas se presentaron como empleados del restaurante Fisher House, el cual fue clausurado el pasado 8 de noviembre, luego de un accidente donde un menor de edad —que participaba en el Torneo de la Amistad— sufrió una descarga eléctrica, que implicó su traslado a un hospital.

Al respecto, el secretario recordó que tras los hechos se detectaron otras anomalías como extintores caducos, cables de electricidad expuestos o lámparas para estar sumergidas en el agua, por lo que fueron sancionados.

“En consecuencia, fueron clausurados. Este procedimiento no se ha agotado, el procedimiento se mantiene, y lamentamos que la presión de algunos que se denominan empleados, quieran venir a interrumpir este procedimiento”, indicó.

Juan Carlos Arreguín apuntó que para poder abrir nuevamente, el negocio deberá subsanar las observaciones hechas en materia de protección civil, además de pagar la multa correspondiente, la cual puede ir de 70 mil a un millón de pesos.