La huelga que trabajadores del municipio de Cadereyta estallaron en febrero de este año no ha sido la única en la última década, pues en diferentes municipios ha habido una serie de conflictos laborales que han afectado a los ciudadanos.
Hace un mes, la paralización de actividades en Cadereyta dejó prácticamente inoperante la recolección de basura y los trámites administrativos, mientras que el sindicato responsabilizó a la alcaldesa Astrid Ortega por la falta de avances en las negociaciones.
El paro fue declarado después de que los trabajadores denunciaran el incumplimiento de pagos que, según el gremio, ascendían a más de 50 millones de pesos.
En 2015, en el mismo municipio de Cadereyta, el sindicato de trabajadores del ayuntamiento colocó las banderas rojinegras luego de que la administración del priista Rodrigo Mejía incumpliera con 35 de las 50 cláusulas acordadas, lo que representó una deuda cercana a los ocho millones de pesos.
En aquella ocasión, la protesta se extendió a distintas sedes municipales y provocó retrasos en la prestación de servicios básicos.
En cada caso, las autoridades han señalado dificultades financieras y la necesidad de reestructurar servicios tras las protestas de los trabajadores.