


La noche de este miércoles, Simón González Pérez, migrante originario de Tolimán, Querétaro, finalmente regresó a su estado natal luego de haber sido deportado por error desde Estados Unidos hacia Guatemala. Tras un mes de trámites y búsqueda de su identidad, el hombre de 46 años logró reencontrarse con su madre y otros familiares en oficinas de la Secretaría de Gobierno estatal.
González Pérez, quien vivió alrededor de 25 años en Estados Unidos, relató que su deportación ocurrió tras ser detenido en Nashville, Tennessee. Durante la revisión de su vehículo, la policía encontró una identificación perteneciente a una persona guatemalteca y, al no contar él con documentos oficiales que acreditaran su nacionalidad mexicana, fue catalogado como ciudadano de Guatemala.
“Todo fue un error. Yo les dije que era mexicano, pero como no tenía mis papeles y encontraron esa identificación en el auto, asumieron que yo era guatemalteco”, explicó. Señaló que la detención derivó de un operativo confuso y que las autoridades estadounidenses no verificaron adecuadamente su identidad.
Una vez trasladado al país centroamericano, González Pérez logró comunicarse con su familia, quienes de inmediato comenzaron a gestionar su acta de nacimiento y otros documentos necesarios para acreditar su nacionalidad. Las autoridades mexicanas y guatemaltecas también intervinieron para confirmar sus datos y facilitar su repatriación.
“En cuanto llegué a Guatemala, le hablé a mi mamá. Les pedí que consiguieran mis documentos para poder regresar. Afortunadamente, al siguiente día ya estaban avanzando en todo. También recibí apoyo del albergue y de las autoridades de México en Guatemala”, dijo.
A su llegada a Querétaro, Simón expresó sentirse aliviado y emocionado por volver a casa después de más de dos décadas en Estados Unidos. Con humor y nostalgia, confesó que lo primero que quería hacer era comer algo típico de su región.
Pese al error que lo llevó a un país con el que no tenía vínculo alguno, el migrante aseguró haber recibido un trato adecuado tanto en Guatemala como por parte de las autoridades federales y estatales mexicanas que intervinieron para su retorno.
El caso ha generado cuestionamientos sobre los procedimientos de verificación de identidad en Estados Unidos, especialmente en contextos migratorios donde la falta de documentos puede derivar en deportaciones incorrectas.

















