La comunidad de El Chilar, ubicada en el municipio de Tolimán, enfrenta una crisis humanitaria tras el colapso de un puente peatonal y vehicular provocado por las lluvias del pasado fin de semana. La caída de esta estructura no solo incomunicó a más de 300 habitantes, sino que rompió el tubo de agua potable, dejando a la población sin acceso a este servicio básico.

De acuerdo con testimonios recabados por este medio, el puente colapsó la noche del domingo, dejando a decenas de familias aisladas y obligándolas a rodear varios kilómetros para llegar a Tolimán, donde pueden conseguir alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad.

“El presidente vino antes de que se cayera el puente, andaba recorriendo comunidades, pero desde entonces no ha regresado”, narró José, uno de los vecinos afectados. “Ya no tenemos agua, vinieron los de la CEA a cerrar la válvula, pero no dijeron cuándo la van a arreglar”, agregó.

A esta situación se suma la destrucción de cultivos de maíz que también fueron arrasados por el agua. “Todo se lo llevó el agua, mi milpa, la de mi hermano… ya no quedó nada”, lamentó don Antonio, otro habitante de la comunidad.

Aunque algunos funcionarios del municipio han acudido a la zona —como el alcalde y personal de la CEA—, no han dado fechas claras para la reconstrucción del puente ni para restablecer el suministro de agua. La preocupación principal de los vecinos sigue siendo el acceso al agua potable, así como el temor de quedar olvidados en medio de esta emergencia.

“Trajeron unas despensas desde Tolimán: arroz, aceite, papel… pero solo para un día o dos”, relató otra vecina. “La escuela suspendió clases porque no hay manera segura de cruzar, y los niños corren peligro”, agregó.

Los habitantes hacen un llamado urgente a las autoridades para intervenir de inmediato y garantizar el acceso a servicios básicos, víveres y vías de comunicación seguras. Mientras tanto, la comunidad sobrevive con lo poco que tiene, a la espera de que lleguen las soluciones prometidas.