La crisis política en el Congreso local continúa escalando. Tras la elección de Georgina “Gina” Guzmán Álvarez, diputada del PVEM, como presidenta de la nueva Mesa Directiva en una controvertida sesión celebrada el 1 de octubre, el grupo parlamentario de Morena, acompañado por legisladores federales, senadores y dirigentes estatales, salió en bloque para defender la legalidad del proceso y denunciar lo que llamaron una “persecución política” contra Guzmán y el diputado Ulises Gómez de la Rosa, vicepresidente saliente que convocó la sesión.

Los morenistas anunciaron que el próximo lunes buscarán ingresar al Congreso para tomar posesión de la Mesa Directiva, sustentando su decisión en los acuerdos votados en la sesión donde participaron 13 diputados —los 11 de Morena, uno del PT y una del Verde—, número que consideran suficiente según lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Legislativo.

La dirigente estatal de Morena, Gisela Sánchez Díaz, comparó la resistencia del PAN con los fraudes electorales de 2006. “Aquí hubo 13 votos, aquí hubo legalidad, aquí hubo legitimidad. Lo que el PAN pretende es seguir controlando el Congreso a costa de robar urnas y manipular procesos. No lo vamos a permitir”, afirmó.

Los morenistas denunciaron además una supuesta ofensiva mediática y judicial contra Guzmán y Gómez de la Rosa, a quienes —aseguran— se busca desacreditar para invalidar la decisión de la mayoría. “Es claro que hay una persecución política. Están usando instituciones para amedrentar a nuestros compañeros, porque no soportan que Morena y sus aliados tengan mayoría en el Congreso de Querétaro”, señalaron.

El bloque guinda advirtió que la parálisis legislativa pone en riesgo reformas clave impulsadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, entre ellas la reforma al Poder Judicial, los derechos de pueblos originarios, el sistema nacional de cuidados y la protección al bienestar animal. “Hoy no se trata solo de Gina o de Ulises, se trata del derecho del pueblo a que sus representantes legislen. Querétaro no puede estar secuestrado por el PAN”, añadieron.

En contraste, el Partido Acción Nacional (PAN) mantiene su postura de desconocer la elección, calificándola de “ilegal e ilegítima”, y advirtió que interpondrá recursos legales para revertirla. Argumenta que la sesión fue convocada sin facultades y fuera de los canales oficiales.

Con dos narrativas enfrentadas —el PAN insistiendo en un vacío legal y Morena defendiendo la validez de su mayoría—, el Congreso queretano atraviesa una de sus mayores crisis constitucionales en décadas. Mientras tanto, la ciudadanía observa un Poder Legislativo empantanado en disputas internas, con consecuencias directas sobre temas centrales como el presupuesto estatal 2026, la revisión de cuentas públicas y la futura designación del fiscal anticorrupción.

Los morenistas hicieron un llamado al diálogo, pero dejaron en claro que no cederán en el reconocimiento de la Mesa Directiva encabezada por Guzmán. “La Cuarta Transformación no se dobla. Vamos a defender la legalidad, la mayoría y el derecho de Querétaro a tener un Congreso plural y democrático”, concluyeron.