Hoteles, moteles y cualquier otro servicio de hospedaje y de servicios turísticos deben garantizar la seguridad de los menores de edad.
Así que no se extrañe si al ingresar a un hotel con algún menor le pidan comprobar la identidad y el parentesco, tutela o guarda de los adultos que viajan con menores.
En caso de que no se pueda verificar la relación legal o familiar con el menor, los establecimientos deberán negar el servicio y notificar de inmediato a las autoridades correspondientes, como la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
Para eso, los establecimientos están obligados por la ley a que el personal esté capacitado para implementar los protocolos de seguridad y detectar posibles situaciones de riesgo.
Esta modificación a la ley, aprobada en el mes de abril en San Lázaro por unanimidad, es un paso fundamental para evitar que el turismo se convierta en un vehículo para la explotación infantil, según señaló la diputada Tania Palacios Kuri, quien agregó que la reforma busca proteger a la niñez mexicana de este tipo de crímenes.

